Danto define tres grandes etapas en la historia en cuanto a
la concepción del arte. La primera abarca desde que el hombre comienza a crear
hasta que comienza a reconocer el arte como tal (hacia el 1400 d.C.). La
segunda etapa abarca desde este año hasta la revolución vanguardista del siglo pasado.
Esta etapa intermedia se caracteriza por estar repleta de movimientos
artísticos globales que se iban sucediendo uno tras otro de manera más o menos
uniforme en el tiempo y el territorio. En este periodo no había problemas para
responder al típico “¿Qué es arte?” porque estaba todo totalmente claro y quien
sabía representar lo que se daba en uno u otro movimiento artístico era artista
y lo que hacía era arte.
Todo esto cambia de manera radical con la llegada de las
vanguardia. Entre todos estos movimientos el que, según Danto, supone la ruptura
radical con el arte desde 1400 es el movimiento Pop, ya que coge elementos cotidianos
y los transforma sistemáticamente en obras de gran valor artístico.
Aquí es cuando Danto comienza a cuestionarse el verdadero sentido del arte, porque
si la Fontaine de Duchamp o las cajas Brillo de Warhol se consideran obras de
arte del mismo valor que un cuadro de Van Gogh o de los pintores flamencos del XVII
¿cómo se puede diferenciar lo que es y lo que no es arte? Llega un momento en el que es imposible. Esto, según Danto, supone la muerte del arte.
Danto, en su ensayo, opina que en esta última etapa, no se
pueden establecer unas normas para el arte y que, por tanto, no se puede
definir qué es y qué no es arte.
Este texto me ha hecho cuestionarme varias cosas:
¿Qué pasa entonces con gente de la segunda etapa como Bram
van Belde, por ejemplo, que pintan por la necesidad de expresarse, de manera
personal y no por querer hacer arte? ¿No son artistas?
¿el arte es, entonces, arte porque quien lo hace lo concibe como
tal? La gente a partir de 1400 se deleita con el arte
porque reconoce que es arte. Pero a mi manera de ver una buena obra, aunque no
sepas que lo es, si la tratas de forma sincera, te llena… te maravilla… Puede
que lo que induce a ese deleite sea la técnica o tal vez la destreza con la que
está realizada la obra. De esta misma manera que puede abrirte los ojos o maravillarte
una escena de la vida cotidiana. Pero entonces no se trata de arte.
Este texto me lleva a preguntarme: ¿qué es lo que
sinceramente nos conmueve del arte? ¿es la técnica? ¿es la composición? ¿es lo
que significa? ¿es su situación dentro del museo lo que nos deleita?
Está claro que es infinitamente complejo elaborar una definición para el arte después de
las etapas y los extremos que ha tocado a lo largo de la historia. Pero el arte
comienza a cambiar conforme va cambiando la concepción del individuo y sus
necesidades. Yo creo que existe cierta relación entre el fin del arte según
Danto y el surgimiento de la sociedad de consumo. En ella las definiciones de
arte son siempre subjetivas y, por tanto manipulables.
<el museo es causa, efecto
y encarnación de las actitudes y prácticas que definen el momento posthistórico
del arte>>.
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