domingo, 14 de abril de 2013

Comentario personal sobre la entrevista-documental a Bram Van Belde.


A una obra está vinculado, por un lado, el sentimiento (que puede ser cualquiera) que el artista experimenta al realizarla mientras, por otro lado, están los sentimientos que surgen en el espectador al observarla.  

¿A cuál de estos dos puntos de vista hay que darle más importancia?¿hay mayor grado de realidad en una situación que en otra?

Bram Van Belde pinta lo que le sale del alma, literalmente. Según entendí en el documental, este señor no se propone ningún tipo de objetivo previo a la hora de pintar. No le importa la técnica  ni la composición, él simplemente se deja llevar y pinta “lo que sale de su pincel”.

Yo pienso que una obra, de cualquier manera, es algo (idea, estado de ánimo o forma) que está dentro del artista y éste se encarga de sacarla al exterior. Así exterioriza el artista su pensamiento, su técnica, o su sentimiento.

En mi opinión Bram Van Belde plasma en sus obras su estado de ánimo, su genio, o sus preocupaciones (aunque puede que ni él mismo se de cuenta). Sólo le importa el sentimiento que él experimenta cuando pinta. Puede que necesite pintar para desahogarse, o para relajarse. Pero no transmite estos sentimientos al espectador porque no se lo propone, ya que pasa de estudios formales o de contenido. De hecho, ni él mismo tiene la más remota idea de qué va a salir cuando comienza un cuadro o un dibujo.

En esta sociedad, llena de mensajes visuales que nos bombardean e intentan impresionarnos, para quien se dedica a las artes plásticas son muy importantes los lenguajes de composición para hacernos entender. Claro está, que cada uno, como le ocurre a este señor, tiene objetivos o intereses diferentes.

Mi punto de vista actual respecto a este tema es que uno no debería dejar de pensar y expresar lo que necesita, lo que siente o lo que quiere. Sin embargo pienso que hay que cuidar la apariencia de lo que se hace. Valoro el trabajo y estudio previo por el tema de no dejar indiferente el espectador. En resumen, me parece muy interesante que el artista sepa controlar lo que va a sentir el espectador cuando vea la obra, así que supongo que pienso de manera contraria a Bram Van Belde.

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